
Sabemos muy bien, desde niños, que lo que sucedió en Jerusalén hace más de dos mil años, aquellos acontecimientos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, marcaron y cambiaron la historia de la humanidad.
Todos los años actualizamos, por medio de
La piedad del pueblo creyente en toda la geografía de Jaén, lo vive con extraordinario fervor. Multiplica sus muestras de religiosidad en formas muy variadas, sobre todo en sus procesiones, pero también con la práctica del Vía Crucis, celebraciones penitenciales en los templos, pregones, conferencias cuaresmales, obras especiales de caridad, cantos penitenciales. Así lo he podido comprobar personalmente.
Las Hermandades y Cofradías de Semana Santa, tan numerosas y entusiastas en toda
Vuestros “pasos” quieren recordar hasta los mínimos detalles esta historia Santa, y de nuevo recorrer el mismo camino de entrega y dolor, por las calles de aquel Jerusalén, hasta llegar al esplendor de luz de aquella mañana de pascua en el huerto de José de Arimatea.
Queridos Cofrades: Os invito, con todo cariño e interés, a vivir en vosotros lo que manifestáis ante los demás.
Contemplad el rostro doliente y sereno de Cristo. Vestiros con el hábito de vuestra Cofradía y posesionad con sentido penitencial. Es algo muy serio e importante, porque lleváis a la calle el drama de la salvación del Hijo de Dios por la humanidad, y también vosotros, en esos desfiles, vais unidos y empapados de ese drama de amor. Todos agradecemos el sacrificio y esfuerzo de vuestro testimonio.
Procurad armonizar también horarios y compromisos, para poder participar en las acciones litúrgicas de esos días. Os invito a participar sobre todo en
Animo también a los jóvenes a vivir ya, con la hondura de sus padres y abuelos,
Con mi saludo fraterno en el Señor,