Saluda del Párroco

Queridos y estimados amigos y feligreses:

Ésta si que es la última vez que desde un programa de fiestas me dirijo a todos vosotros. Y lo hago con un ¡Adiós! y con inmensa gratitud a todo este querido pueblo de Jamilena por los cuatro años en los que he vivido con y entre vosotros.
Ya sabéis que los próximos días vamos a celebrar las fiestas en honor a la Virgen de la Natividad, que todos los años coinciden con la Fiesta de la Asunción de la Virgen María el 15 de agosto. La Madre, nuestra madre del Cielo, que con tanta devoción celebramos aquí, viene de nuevo a nuestro encuentro en estas fiestas tan entrañables para saborear su ternura y cercanía de madre que cuida y está atenta a todas nuestras necesidades.
Permitidme que os pida que estos días de fiesta sean para todos nosotros unos días de descanso, de paz, de convivencia y, sobre todo, de cercanía a nuestra Parroquia para honrar a nuestra Madre, la Virgen de la Natividad, patrona de Jamilena.
Hace pocas semanas, del 14 al 16 de junio, hemos celebrado el XX aniversario de la entronización de la Virgen de la Natividad como patrona de nuestro pueblo. También fueron esos unos días donde niños, jóvenes, adultos y mayores se acercaron a nuestra Parroquia para honrar a nuestra madre. Que ahora, sobre todo, los que estáis fuera durante el año y vivís a Jamilena, aprovechéis para encontraros con la Santísima Virgen María y el pidáis que os dé la alegría de ser cristianos e hijos de Dios en todos los momentos de la vida.

Adiós y gracias por todo

No quisiera, queridos amigos y feligreses de Jamilena, dejar paras la oportunidad de despedirme de todos vosotros en estas letras que escribo en el programa de fiestas a la Virgen de la Natividad de este año 2007.
Ya sabéis que el pasado 15 de junio, el Obispo de Jaén, don Ramón del Hoyo, me nombraba párroco de San Bartolomé de Torredelcampo. En estos primeros días del mes de septiembre se hará realidad este nombramiento.
Han sido cuatro años entre vosotros. Cuatro años de gracia del Señor que he compartido con todos. Ahora me voy con la conciencia muy tranquila de haber trabajado con plena disponibilidad y ahínco para todos. Los niños y niñas de la catequesis y los mayores y enfermos de nuestro pueblo han sido los dos campos de actuación en los que más me he volcado, sin olvidar que también me he esforzado, con mis defectos y limitaciones, por atender al resto de las realidades de nuestra Comunidad Parroquial sin distinción y hasta donde las normas morales y litúrgicas de la Iglesia me lo han permitido.
También sé que he tenido defectos y fallo. A quienes los hayan detectado le s pido disculpas y que me perdonen si no he podido atender su petición o no he podido realizar con el agrado que se merecía lo que me pedían en cada momento.
Mis queridos amigos y feligreses de Jamilena, me despido con un ¡ADIÓS! inmenso para todos: para cada niño, joven, adulto y mayor de este ya querido pueblo mío. A quienes me habéis ayudado a lo largo de estos cuatro años con vuestra cercanía, respeto y dedicación en los distintos movimientos, grupos, cofradías, etc. así como a nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, gracias de todo corazón. Ya sabéis que en Torredelcampo, muy cerquita de aquí tenéis vuestra casa y a un amigo de verdad.
No me marcho porque quiera. Si sólo siguiera mis sentimientos humanos me quedaría aquí para siempre porque todos los días siento vuestro cariño y afecto. Lo hago porque el día de mi ordenación sacerdotal allá por el mes de abril del año 1992, prometí obediencia a la Iglesia en lo que necesitara de mí: ahora toca traslado y obedezco a Señor en este nuevo camino de mi vida sacerdotal.

¡VIVA LA VIRGEN DE LA NATIVIDAD!

¡VIVA JAMILENA!


Antonio Pozo Haro
Párroco de la Natividad